LA MARCHA DESOCUPADA
de José Chavez
ISBN 978-987-29090-3-1
Yo
estuve allí, la noche en que el hombre perdió la dignidad y tuvo que salir a las
calles a mendigar un mendrugo.
Yo estuve allí, cuando la vida
dejó de ser hermosa para convertirse en un atropello, en una miseria diaria, en
una canción de pena resonando en oídos huecos.
Yo vi las caras tristes, sentí
el ruido de las tripas revueltas por hambre y desesperación, por impotencia y
rabia. Yo estuve allí, cuando seres antropoformes peleaban por el derecho a
revolver la basura de los vertederos para poder llevar un trozo de pan a sus
hijos.
Y… nadie hizo ni hará nada. La
mayoría de la gente ignora que el hambre vive en las venas de nuestra Patria,
que junto al torrente novedoso de la democracia y la civilización, la barbarie
sigue haciendo lo suyo.
Y nadie hizo ni hará nada…
José Chávez
PRÓLOGO
Sin darme
cuenta, voy marchando.
Terminé de leer el libro, MARCHA DESOCUPADA del joven poeta José Chávez y voy
marchando. Por momentos me tomo del brazo de la madre moribunda, acaricio la
cabecita negra de un chirete de ojos lánguidos, cuerpito desnutrido. Qué
difícil es levantar la voz en un reclamo, cuando las neuronas apenas si laten
adormecidas!
Qué triste y lastimoso es, cuando un
padre debe marchar pidiendo, en vez de trabajar produciendo, dignificándose,
dando sostén a su familia.
En cierto instante desolado,
impotente, me vi navegando en una de esas tantas acequias mugrosas de la urbe,
buscando el mar gigante de basureros salvadores, salvavidas. Me encontré
peleando como perro muerto de hambre, con hermanos que, igual que yo, estaban
muertos de hambre.
Qué impotencia se siente, vivir en
un país tan rico y tener que asistir diariamente al basurero, o la plaza; a
manifestarse, a ver si por ahí alguna vez los señores escuchan y dan la
solución que el pueblo espera y necesita.
El poeta José Chávez, logra dar un zapatazo en el trasero de los indiferentes. Su obra es una bandera de los sometidos, de los esclavos de ahora, esos que no tienen voz; pero votan. Sumisos, presos del hambre y la miseria inmensa, marchan también a la sede, a la espera del maldito bolsón, del pescado; en vez de la caña y el anzuelo.
El poeta José Chávez, logra dar un zapatazo en el trasero de los indiferentes. Su obra es una bandera de los sometidos, de los esclavos de ahora, esos que no tienen voz; pero votan. Sumisos, presos del hambre y la miseria inmensa, marchan también a la sede, a la espera del maldito bolsón, del pescado; en vez de la caña y el anzuelo.
Cristo,
impotente de tanta insolencia, asustado de tanta injusticia, no participa en
las marchas, saca cuentas de cómo sigue el juego después de tanta manipulación,
tanta ceremonia vacía, rituales vanos y corazones rotos.
En
la Marcha Desocupada ,
vamos todos. Es el nuevo vehículo que transporta a la humanidad, al menos a los
argentinos. Algunos piden; son los más. Otros adherimos, los que tenemos la
comida cada día. Hay quienes no saben que van, pero van. A ellos les dedican los cánticos, los
pasacalles, las pancartas. Son los dioses que siembran el odio, la esclavitud,
la ignorancia, el desconsuelo.
Sé que este libro es una obra destacada, nació para flamear en las alturas, ojalá, los poderosos un día sientan vergüenza y miren al trabajador como a un hermano, un ser humano.
Sé que este libro es una obra destacada, nació para flamear en las alturas, ojalá, los poderosos un día sientan vergüenza y miren al trabajador como a un hermano, un ser humano.
Quien lea este libro, deberá
sorberlo trago a trago y tomar impulso para seguir reclamando, siempre desde la
paz, la unidad, jamás desde la violencia.
José Chávez es el nombre del nuevo poeta de Salta, de la región Noroeste y de seguir con su lectura y este oficio de escribir, no tengo dudas que será otro notable poeta argentino.
José Chávez es el nombre del nuevo poeta de Salta, de la región Noroeste y de seguir con su lectura y este oficio de escribir, no tengo dudas que será otro notable poeta argentino.
Lucho Ponce
Metán